El Último Baile

La crisis covid19 ha dado para mucho, sobre todo respecto a la idea de tomarse el tiempo de parar y pensar respecto a las estrategias que uno tiene en mente de cara al futuro, en todos los frentes.
    
El mundo del deporte y la empresa además está siempre presente en mi carrera, los que siempre hemos vivido en vestuarios, no podemos hacer otra cosa que hacer permanentemente paralelismos entre ambos escenarios. Aunque para asuntos relacionados con los recursos humanos y organizaciones, sigo de cerca a grandes referentes como Virginio Gallardo, Juan Carlos Cubeiro, Sergio Hinchado, Santiago Vázquez y Andrés Ortega (estos dos últimos además muy cercanos a gente muy especial para mi). A ver qué opinan todos ellos de esta reflexión.  
 
Hace unos días, durante este confinamiento, he disfrutado mucho en Netflix con el documental El Ultimo Baile (The Last Dance), sobre aquella década gloriosa de los ´90 para los Chicago Bulls liderados por Michael Jordan. Por entonces, yo era un proyecto de adulto, entre 15 y 25 años, y lo cierto es que, en aquel momento en España, si te gustaba un poco el baloncesto y la NBA, tenías que ser de los Lakers de Magic Johnson o de los Bulls de Michael Jordan. Yo era de los Bulls, siempre he tenido especial debilidad por los equipos humildes que en algún momento de su historia han hecho grandes gestas. Muchas noches viendo aquellos partidos y finales de Play- Off.
LA GERENCIA
 
El documental tiene muchos momentos dignos de análisis, hace permanentes recorridos entre la llegada de Jordan a los Bulls en 1984 hasta su retirada en 1998. Pero ya desde el principio del documental, se deja clara la figura de Jerry Krause, Gerente de Los Bulls, como esa persona del staff, entre la propiedad de la franquicia y el entrenador (Phil Jackson) con una necesidad especial de reconocimiento. Solía decir, en momentos especialmente inapropiados, que los triunfos eran cosa de la organización, y no de jugadores aislados, con una clara referencia a Michael Jordan.
PHIL JACKSON
 
De hecho, al inicio de la temporada 97-98, ese Gerente con necesidad de protagonismo, Krause, se dirige al entrenador Phil Jackson: “Esta será tu última temporada, aunque ganes 82 de 82”. Jackson prepara la pretemporada y la titula, “El Ultimo Baile”. Finalmente, Jackson consiguió en esa temporada su sexto anillo de la NBA en 8 años, y aunque el propietario de la franquicia intentó retenerlo contra el criterio del Gerente, este decidió no dejar en mal lugar a Krause, y se marchó elegantemente. 

Jackson realiza en el vestuario un emocionante ritual de despedida, en teoría destinado a personas que sufren el duelo por la pérdida de un ser querido. Todavía hoy en día, los jugadores de aquel vestuario, los Rodman, Pippen, Jordan, etc. recuerdan con emoción ese momento.
Como decía Pascual Montañés, ilustre profesor del IE, sobre los ciclos profesionales: “Es muy importante saber salir a tiempo y sobre todo que te cubran la retirada”. 
LA FALTA DE RECONOCIMIENTO DE PIPPEN
 
Otro gran momento del documental, es el escaso reconocimiento económico que tenía Scottie Pippen, siendo uno de los mejores jugadores de la NBA: era el primero o segundo en todas las estadísticas de la competición, el sexto en salario dentro de la plantilla de los Bulls, y dentro del ranking de salarios de la NBA ocupaba la posición 122. Esto generó gran frustración en el jugador en diferentes ocasiones, con su pico más álgido, en la temporada 97/98, con algunas reacciones desafortunadas en las formas, aún teniendo razón en el fondo. Incluso la Gerencia de los Bulls, otra vez Jerry Krause, vuelve a despreciar a Pippen y al resto de la plantilla, incorporando al equipo a un emergente europeo, Toni Kukoc, quien tuvo un proceso bastante complicado de incorporación al equipo, con un rechazo inicial muy marcado por el resto de la plantilla. Poca o ninguna culpa, la de Kukoc.
DENNIS RODMAN
 
Comentando el documental con mi buen amigo Gerard Torres, me hacía hincapié en la habilidad de Phil Jackson para manejar el peculiar carácter de Denis Rodman, dándole ciertas licencias como alguna salida de tono fuera de la disciplina del grupo, para poder recuperar su mejor versión en la cancha, clave e importante para el equipo. No todos los que manejan un vestuario tienen esta habilidad. Y vaya si le dio resultado. La mejor versión del mejor reboteador y defensor de la Liga.
EL PARÉNTESIS DE JORDAN
 
Ya para terminar, otro gran punto del documental para mí, es cuando Jordan tiene la necesidad de parar tras lograr su tercer anillo con los Bulls, como él mismo dice durante algún episodio: “Hasta en los momentos de más éxito, siempre hay alguien interesado en que te vaya mal, porque a la gente le encantan las historias de grandes ascensos y grandes caídas”.En su caso publicaron una bibliografía no autorizada (“Las Reglas de Jordan”) donde le acusaban de tener un problema con las apuestas, intentaban atacar su reputación. Posteriormente además asesinan a su padre, y la prensa vuelve a la carga con especulaciones sobre el azar, las apuestas, las mafias…
 
Como consecuencia de todo ello, llega el abandono de Jordan en 1993, tras conseguir su tercer anillo consecutivo. Decide dedicar su tiempo a cumplir el sueño de su padre y de él mismo, ser jugador de beisbol, volver a ser rockie otra vez, aprendiendo la técnica de otro deporte con una preparación totalmente diferente. Convierte algo negativo como la muerte de su padre, en algo positivo, cumplir tareas pendientes.
 
Tanto el propietario de la franquicia de los Bulls, propietario también del equipo de béisbol de Chicago, como el entrenador Phil Jackson, entienden la necesidad del descanso de Jordan, que vuelve a los Bulls, casi dos años después…
 
Creo que este documental tiene grandes paralelismos con el mundo de la empresa, sobre todo en las grandes corporaciones. Hay demasiados intereses, que hacen muy difícil que consigas el 100% de tus objetivos y desarrollo, y es por ello el que asumo totalmente las palabras de Phil Jackson:
 
“Tener éxito es cuando repites un logro una y otra vez. Gran trabajo, gran equipo, hora de irse.”
 
Incluso el propio Jordan en aquel ritual de despedida de Jackson en el `98, escribe un poema donde agradece haber formado parte del proceso, parte del equipo, y haberlo terminado con éxito.
 
En un escenario tan cambiante como el que tenemos encima de la mesa, con una revolución tecnológica constante, una pandemia sanitaria global, una crisis económica y social, no tenemos otra opción que la de, al igual que Jordan y Jackson, saber escoger cuando es el mejor momento de parar, de salir dejando el listón en lo más alto, buscando un cambio, para volver a empezar.
Saber escoger el mejor momento para el último baile.
 

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