En febrero de 2014 dediqué un post de este blog a una intervención televisiva de Luis Garicano, antes incluso de su entrada en política.
En ese post y en esa intervención básicamente Garicano abordaba la sociedad española, desde un punto de vista social, educativo, económico y estructural, lo podríamos resumir básicamente en dos aspectos:
– Necesitábamos urgentemente excelencia desde las élites desde el punto de vista público y privado para recuperar la senda del crecimiento económico, desde la innovación y la formación.
– El país necesitaba decidir con sus decisiones si quería convertirse en la Dinamarca del Sur de Europa o en la Venezuela de Europa.
De manera totalmente sincera, estoy realmente preocupado. Año 2020, en plena pandemia mundial COVID19, después de que el mundo haya tropezado en general en la prevención y contención de la pandemia y de su primera ola, escenario que ya analizamos en Abril 2020, y ahora en pleno otoño, después de que los expertos hubieran avisado por activa y por pasiva de que teníamos que prepararnos para un otoño difícil, veo como mi país, España, lidera los peores registros en el manejo de la pandemia en comparación con su entorno más cercano, Europa e incluso a nivel global.
– Una salida descontrolada de uno de los confinamientos más largos de los países desarrollados.
– Una estrategia de control de la pandemia, descentralizada, regionalista, como si la pandemia entendiera de fronteras y burocracia administrativa.
– 17 sistemas sanitarios diferentes con Sistemas y Técnicas de la información diferentes.
– Una estructura de medicina de prevención y Salud Pública deficiente.
– Por consiguiente, un sistema de rastreo deficiente e insuficiente.
– Una ausencia total de control y pruebas diagnósticas en las fronteras del país.
– Una permisividad y pasividad respecto al ocio nocturno alarmante.
– Un problema de disciplina y educación social preocupante.
– Un evidente extremismo político en la búsqueda de culpables, en lugar de soluciones.
– La ausencia de una gobernanza científica e independiente a nivel nacional construyendo protocolos dinámicos y flexibles, en función de los datos de la pandemia.
– En fin, son varias las causas.
Como indicaba Garicano, es el momento de que el país, la sociedad, la gente de a pie, las personas como tú y como yo, nos pongamos a ayudar.
Menos aplausos y hacer el tonto desde los balcones, y ayudemos a nuestros sanitarios que, sin lugar a duda, son lo mejor que tenemos y los que hacen funcionar el sistema sanitario que tenemos.
¿Cómo podemos ayudar? Haciendo de rastreadores nosotros mismos con nuestros dispositivos móviles. En España, descargándonos la APP RADAR COVID19.
Descarga en iOs (enlace).
Descarga en Android. (enlace)
Lo primero que hay que tener en cuenta es que su efectividad está ligada directamente a su uso. Y quien dice «uso» no se refiere únicamente a las descargas, que también son necesarias para cubrir un mayor espectro de población. Diversos estudios apuntan a que para que estas «vacunas» digitales sean útiles se requiere de una adopción a escala masiva, en torno a un 60% de la población. Fuentes del Ministerio de Economía aseguraban hace unos días que un 25% de uso es suficiente para ser efectiva. Otros estudios recalcan que son útiles incluso con pocos usuarios.
La aplicación no geolocaliza, no registra datos personales, no identifica a nadie, ni envía información fuera del teléfono, pero notifica el contacto con un contacto positivo en COVID19.
Los últimos datos de descargas, a principios de este mes de Octubre 2020, hablan de 5 millones de descargas a nivel nacional, en un país con casi 47 millones de habitantes, donde en muchos casos, habrá más de un terminal por persona.
Así que resulta especialmente grave que no seamos capaces de ayudar a controlar una pandemia mundial, que la pasividad social llegue a estos niveles, cuando por el contrario nos descargamos permanente APPs de usos más o menos relevante, sin leer la letra pequeña. RADAR COVID detecta en la actualidad menos del 1% de los casos positivos detectados en el país.
Es una vergüenza. Descárgate de una puñetera vez RADAR COVID19.
Tenemos que colaborar y ayudar inmediatamente, todos y cada uno de nosotros, antes que las consecuencias de esta pandemia global, pongan todavía más en jaque a nuestra maltrecha sociedad y economía, como ya nos advertía Garicano en 2014.
Radar COVID19 debería de ser obligatoria, deberían de multarnos si no la llevamos instalada y en funcionamiento. Es la mejor manera de ayudar a los especialistas en salud pública, atención primaria, urgencias, sistemas de rastreadores excepcionales, es una crisis epidemiológica que requiere nuestra implicación social e individual. Menos luchas ideológicas, y más unión tecnológica con el uso de RADAR COVID19.
O colaboramos como sociedad, o los efectos sociales y económicos de esta pandemia serán irreparables.