Todos los que llevamos al menos un par de décadas en la industria farmacéutica, somos conscientes de que cuando empezamos a desarrollar nuestra actividad en nuestras respectivas Compañías, todos, absolutamente todos, hemos practicado políticas comerciales que a día de hoy no están en vigor.
Recuerdo un post escrito hace algo más de tres años, donde precisamente criticaba “el rancio” reportaje del programa Salvados(La Sexta), que se recreaba ya en aquel entonces, sobre las prácticas comerciales de otra época en la industria farmacéutica. No hace falta detenerse más en ello.
Ahora parece que la transparencia está de moda, diferentes compañías del sector han anunciado durante los últimos años, el fin de pagos a profesionales clínicos, así como nuevos planes estratégicos de marketing farmacéutico que incluyen cambios en los sistemas de incentivos respecto a los datos de ventas. Curiosamente esos anuncios llegaban al mismo tiempo que recibían multas millonarias en mercados asiáticos, europeos o americanos por sobornos, malas prácticas, etc.
Incluso más recientemente he visto aberraciones de tal calibre, como el de alguna Compañía farmacéutica TOP, que ha querido marcar a algunos de sus profesionales durante años, despidiéndoles y señalándoles con el dedo de las malas prácticas, para días después leer algunos titulares en la prensa especializada donde la susodicha Compañía hacía gala de su reconocida reputación agarrándose a los datos publicados por la consultora de turno.
En este carrusel de comunicaciones de cambio de políticas comerciales en diferentes Compañías, tenemos el ejemplo reciente de Novartis, hace tan sólo unos días.
Pero es que con todo esto vamos más allá, la nueva regulación de transparencia puesta en marcha por Farmaindustria acata una iniciativa europea promovida por la Epfia. Estos cambios en el Codigo de Autorregulación, obligan a las Compañías asociadas a Farmaindustria- a publicar las transferencias de valor realizadas durante el ejercicio 2015, desde el pasado 30 de junio de 2016. Estos datos- de momento- no necesitan obligatoriamente ser publicados de forma individualizada, pero sí lo será a partir del 2018, ya que en los contratos de colaboración o transferencias de valor, se incluirán esas cláusulas de obligación de publicación de las citadas transferencias. Aquí tenéis algunos ejemplos de las publicaciones hechas públicas por Almirall, Astra Zeneca, Amgen, Abbvie, Boehringer, Daiichi Sanchyo, Sanofi, Celgene, Roche, entre otras.
Aunque los profesionales sanitarios pueden estar tranquilos, entre comillas, y es que estas publicaciones no serán localizables por los motores de búsqueda tradicionales, como Google o Yahoo. Este era un punto crítico para la Agencia Española de Protección de Datos, los datos estarán publicados siguiendo unos protocolos concretos que eviten la indexación de estos datos en los buscadores.
Pero volviendo al asunto de la transparencia, y por si todo esto fuera poco, el Ministro de Hacienda español, Cristóbal Montoro, parece estar barajandoaplicar los consiguientes impuestos a los perceptores de este tipo de transferencias de valor en un futuro, con lo que tendrían que ser declaradas en las consiguientes declaraciones de los profesionales.
En mi opinión todos estos movimientos, que ahora han puesto de moda a la transparencia y a los procesos de compliance, no es más que una etapa más del cambio de modelo de negocio que estamos viviendo, dejando atrás progresivamente las tradicionales redes de ventas basadas en los impactos comerciales por repetición aderezadas con algún “ágape comercial”, para avanzar hacia otro tipo de relaciones con los pagadores y gestores sanitarios basados en verdaderas propuestas de valor añadido enfocados al I+D en Salud, a la creación, desarrollo y aplicación de modelos de producto- servicio a través de la tecnología y a los nuevos modelos de acceso a la innovación.
Es ahí donde las colaboraciones serán totalmente transparentes y perfectamente argumentables. No estoy diciendo con ello que las actuales no lo sean, de hecho hay muchísimos Departamentos de Investigación en los diferentes servicios hospitalarios y muchos Data Manager que tienen becadas posiciones de trabajo gracias a estos proyectos de investigación, pero ya entraríamos en otro debate sobre qué porcentaje de estas inversiones son más o menos argumentables.
El cambio de modelo de negocio es imparable, y debemos disfrutar con ello.