¿Recibir una visita de un cliente en casa que viene a traerte un regalo? Es como el mundo al revés, ¿verdad? Nos hemos pasado infinidad de minutos durante años, intentando captar su atención con el fin de centrarlos en las características positivas de nuestros productos y las ventajas competitivas frente a otros rivales del mercado, y cuando tu ya no estás por circunstancias en primera línea de batalla, ¿te sucede esto? Algo habremos hecho bien, ¿verdad?
Durante el mes de Diciembre´12, por circunstancias profesionales, me tocó despedirme de muchos clientes, y fue curiosa la reacción en un centro privado, como mientras me estaba despidiendo de mi rol durante los últimos 10 años, los directivos del centro, me sugerían la posibilidad de tener una oportunidad profesional, dentro del propio centro, vamos… Que estaban sondeando la posibilidad de integrarme en su organigrama. En aquel momento, de drama por estar despidiéndome, se mezcló con la alegría de ver como tus clientes llegaban a plantearte el contar contigo en la organización.
Un empresario de éxito me decia en una comida hace unos meses, que pese a todos los avances tecnológicos, y los desarrollos de los nuevos modelos de negocio, iba a seguir siendo muy importante el «cuerpo a cuerpo» en las negociaciones. Estoy de acuerdo con esta apreciación, sólo que apuntillaría, que los profesionales que desempeñen esa función, tendrán una formación y capacidad de adaptación brillante, por pura demanda elástica de empleo, lo estamos viendo todos los días en el mercado laboral.
Hoy sinceramente, estoy un poco «noqueado» por la visita sorpresa de este cliente con un regalo, el libro «El arte de no amargarse la vida» de Rafael Santandreu, ya conocía la publicación y el contenido… Se agradece mucho el cariño de las personas, cuando las circunstancias no son las mejores.
Creo que el poder de las personas, se merece un post.