Durante los últimos años vengo reflexionando e incluso adoptando posiciones de medio- largo plazo respecto a mi perfil profesional, intentando leer las necesidades que las compañías farmacéuticas requerirán como interlocutores ante los actuales y futuros decisores sanitarios dentro de los nuevos modelos de negocio que nos estamos encontrando.
También es cierto que todas las generalidades conllevan injusticias, porque no son las mismas necesidades: las que tiene un laboratorio de especialidades genéricas, que las de una compañía de marca que invierte en I+D, o que las de una compañia biotecnológica.
Sólo esto explica la gran contracción de la bolsa de mercado, provocada por la reducción de los beneficios, la adaptación permanente al medio de las Compañías, y el pánico de los supervivientes por mantener su puesto de trabajo.



